La última copa y una playlist de fútbol
El fútbol puede ser un juego de veintidós tipos corriendo detrás de una pelotita o, como decía un amigo, ser el asunto más importante de los menos importantes
👋 Bienvenidos a la sexta entrega de Lo de los pódcast, una newsletter con propósito de publicación quincenal que quiere ser un espacio para la crítica y discusión de pódcast narrativos en español. Hoy toca reseña, pero antes quería contarte una historia familiar.
Yo de pequeño era del Real Madrid, pero cuando tenía siete años mi padre me llevó a ver un partido del Getafe. Mi padre y mi madre son de Getafe, una ciudad dormitorio cerca de Madrid con algo menos de 200.000 habitantes, así que esa invitación no era rara. Lo que la hacía excepcional era que iba a ser la primera vez en mi vida que iba a pisar un estadio de fútbol. Yo no sabía que ese día el Getafe se jugaba ser un equipo de primera división ni tampoco que ese día iba a hacerme de un equipo pequeño, considerando siempre de segunda, y que me iba a convertir en el bicho raro de clase.
Cuando uno es de un equipo pequeño, el fútbol se convierte en un signo de identidad. Ser del Getafe es, para mí, vivir siempre en el presente, porque no sabes si ese año volverás a segunda división o llegarás a la final de la copa. Cada año, cada partido, se vive como una oportunidad para hacer historia.
Ser del Getafe es reírte de los fallos de tu propio equipo, como aquella vez en la que un pseudo jeque árabe se presentó al presi, negociaron la venta del club y poco antes de firmar descubrieron que el jeque era en verdad un camarero brasileño disfrazado.
![El jeque era un camarero brasileño que cobraba 50 euros por disfrazarse El jeque era un camarero brasileño que cobraba 50 euros por disfrazarse](https://substackcdn.com/image/fetch/w_1456,c_limit,f_auto,q_auto:good,fl_progressive:steep/https%3A%2F%2Fsubstack-post-media.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2Fimages%2Fa5b59457-8142-4bae-beed-159190e4b147_300x221.webp)
Ser del Getafe es celebrar más las pequeñas victorias que patalear por los fracasos. Porque uno ve desde pequeñito que lo normal es perder, que haya otros que te llevan la delantera, que incluso te pasen por encima, así que vas aprendiendo a sobreponerte, a dar pasitos, a ver el lado bueno de lo que te pasa para volver a ilusionarte.
Ser del Getafe es que a poco que haya uno de tu equipo que sea bueno, montes una campaña para que vaya a la selección. En 2006 fue Mariano Pernía; en la Eurocopa de 2008, Dani Güiza y Rubén de la Red; en 2019, en un amistoso, Jaime Mata; y en 2020, Marc Cucurella. Me los sé. Son poquitos. Y son como de la familia, porque en el Getafe casi te puedes identificar con cualquier jugador y llamarle por el nombre.
Ser del Getafe es reconocer enseguida a uno que lleva tu misma camiseta y acercarte a saludarle, decirle que tú también eres del Geta y comentar cualquier cosa. Ser pocos es ser resistencia.
Y es que uno se pone una camiseta de fútbol y adquiere una identidad: encuentra unos hermanos y se enfrenta a unos enemigos. Te pueden caer bien, incluso ser amigos fuera del estadio, pero en cuanto suena el silbato del árbitro ese amigo compite para que tú pierdas. Eso cambia si te pones la misma camiseta, pero eso solo está permitido con la selección. Lo demás es un fraude.
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Acaba de empezar la Eurocopa y en menos de una semana empieza la Copa América. Y ahora la camiseta es la de tu país. En mi caso, España. Y cuando llegan estas citas futboleras siempre me acuerdo de aquella Euro de 2008 y del Mundial de 2010. Sobre todo de esas dos: porque las ganamos y porque era pequeño (11 y 13 años). Y creo que cuando eres pequeño necesitas aún más ese sentido de pertenencia, saber que formas parte de algo más grande y que precisamente por eso es por lo que merece la pena vivir. Porque no estamos solos, porque hay un camino y porque otros caminan con nosotros.
El fútbol es más que una pelotita y veintidós tipos corriendo. Aunque solo sea eso.
Más allá del fútbol
Estas dos últimas semanas he reescuchado un par de veces el pódcast del que te vengo a hablar hoy. Es una co producción de NPR y Futuro Studios, presentada por Jasmine Garsd, periodista argentina que emigró con 15 años a Estados Unidos donde ahora cubre temas de inmigración. Se publicó como previa al mundial de Catar en diciembre de 2022 y, sí, va sobre lo que ese mundial significaba para Messi: la última oportunidad para ganar el trofeo más importante del mundo.
Si eres futbolero, seguidor de Messi o argentino, por supuesto que ya sabes quién levantó el trofeo, pero creo que eso da igual, porque este pódcast se presenta cómo La última copa [o The Last Cup, porque es un pódcast bilingüe con su propia versión en inglés] pero no es un pódcast de fútbol. Al menos no solo de fútbol.
Son precisamente los márgenes del fútbol lo que resulta más interesante. Este pódcast va de verse forzado a salir de tu país porque necesitas un medicamento que el sistema de salud no puede darte, de crecer sin tu madre ni tus hermanos, del sentimiento de estar cada vez más lejos de tu país, ser el mejor y no ser aceptado de vuelta porque ya no eres el pibe que se fue, ya no eres suficientemente argentino.
Por eso este pódcast no va sobre Lionel Messi sino que va sobre Jasmine Garsd, que vivió lo mismo que él. Porque la pregunta central de sus vidas es la misma: «¿Y si ya no puedo volver a casa?».
En esto, el fútbol y el alpinismo se parecen mucho. El éxito no está en llegar a la cima del ochomil. Tampoco en ascender en invierno o sin oxígeno. El éxito está en llegar a la cima y volver para contarlo. Tocar el cielo y volver. En el regreso.
Porque no hay gloria sin alguien que alabe al héroe. Cuando en los manuales sobre cómo contar historias se habla del camino del héroe, siempre se habla de ese regreso pero se deja ahí, como diciendo «ya fue y volvió y comieron perdices». El regreso a la patria no se suele ver como la misión. Piensa en El señor de los anillos. Frodo, un hobbit del montón, recibe una misión (destruir el anillo) y comienza su aventura. Para ello recibirá la ayuda de Gandalf, que se convierte en su mentor. Y empiezan las pruebas, los obstáculos, llegan otros aliados… Cada vez es más difícil. Se acerca la gran prueba. Cuando parece que va a perderla, la supera. Triunfa. Todos celebran el éxito del bien. Frodo vuelve a la comarca.
Cuando vuelve a casa, aunque todo siga igual en la Comarca, Frodo ha cambiado. Y eso le llevará a marcharse de nuevo. Pero de eso el espectador medio no se suele acordar, porque «ya fue y volvió y comieron perdices».
Sin embargo, en La última copa la misión es precisamente volver. Como le sucedía a Úlises con Ítaca, Messi ha obtenido el éxito por su audacia fuera de su país, pero no puede regresar. Cada vez que lo intenta es atacado, abucheado, comparado con Maradona… hasta el punto que hay un momento en el que decide retirarse, abandonar su misión.
Por el camino no hay solo fracasos, sino también maldiciones. De eso va precisamente el cuarto episodio, que me parece el mejor de toda la serie. En él, Jasmine Garsd confiesa que fue por ella que Argentina perdió el mundial en 2014. No te voy a hacer spoilers, pero también te diré que hay más: la maldición de la Virgen que persigue a la selección argentina desde 1986 y que, por supuesto, todos los jugadores involucrados en esa historia han negado rotundamente. Garsd insiste en ese punto varias veces, pero, como dice, el hecho de que los jugadores hayan negado mil veces esa historia «es exactamente lo que uno diría si es responsable de una maldición que duró casi tres décadas».
Nos gustan los cuchicheos, nos gustan las teorías de la conspiración, nos identificamos con los héroes que no triunfan… Y, por eso, la historia de Messi y su selección tiene todo para atraparnos.
También porque nos la cuenta Garsd. Como te decía, ella también tuvo que emigrar de Argentina y, a lo largo de la serie, va compartiendo cómo el fútbol ha sido fundamental en algunos momentos de su vida, cómo es despedirte de tu mejor amigo-crush-lo que sea cuando tienes 15 años, cómo vive no poder despedirse de su abuela… Si el pódcast narrativo es un género que permite narrar desde lo vivencial, La última copa es un ejemplo maravilloso.
De hecho, en una entrevista en La ventana hace un par de años, Garsd contaba que muchos migrantes —no solo argentinos— le habían escrito para decirle que se habían sentido muy identificados con la historia, con su historia. Messi ya no era el mejor de la historia, sino el migrante que quería volver a su casa.
⏱️ Escuchar los cinco episodios del pódcast te llevará dos horas y media.
🧐 Mientras lo escuchaba pensaba en…
La llamada del diez 🎧 (2021; 45’ en total). Este episodio de Radio Ambulante lo he escuchado varias veces. Sobre todo el inicio, porque ahí está el testimonio que te atrapa nada más escucharlo: «Dios nuestro que estás en las canchas, santificada sea tu zurda. Venga a nuestros ojos tu magia y háganse tus goles recordar, así en la tierra como en el cielo». El que niño que habla, Mariano Sinito, le reza a Diego Armando Maradona, su ídolo, y pertenece a la Iglesia Maradoniana, un culto a una figura excesiva con sus propios mandamientos.
Hooligans ilustrados 🎧 (2021; 8 episodios independientes, 195’ en total). El fútbol tiene algo de irracional, algo de sentido de pertenencia, de comunidad. Hooligans ilustrados es una colección de Libros del K.O. en la que distintos autores escriben sobre el equipo de sus amores. En su día me leí el de Nacho Carretero sobre el Dépor y me encantó. Pero del pódcast, que presentó Lucía Taboada, me gustó más el episodio con Ander Izagirre sobre la Real Sociedad.
Gent blaugrana 🎧 (2024; 8 episodios, 229’ en total). Para mí, que tengo 27 años, Messi y Barcelona son prácticamente una misma cosa. Pero la gestión económica del Barça y de Messi son dos mundos. A pesar de haber tenido el mejor equipo de su historia, el Barcelona vive inmerso en graves problemas ecónimos. ¿Por qué? Aunque en Spotify se están publicando los episodios semanalmente, en Onda Cero ya se puede escuchar la serie entera.
Por si quieres más, te he preparado una playlist de Spotify con estos episodios y algunos más que te pueden acompañar durante la Eurocopa y la Copa América. Aunque podría meter algún pódcast conversacional —Los últimos de la lista y Offsiders son de mis favoritos para escuchar en la piscina—, solo he incluido pódcast narrativos que haya escuchado. Iré actualizando la lista, así que, si tienes alguna sugerencia para añadir, puedes decírmela respondiendo a este correo.
📚 Un regalo extra
Antes de despedirme te dejo con un poema de Alejandro Ruiz de la Puente, publicado en La zona luminosa, y que compartió Javier Aznar en X.
Y hasta aquí llega este sexto envío de Lo de los pódcast. Si te ha gustado, me ayudaría un montón que lo compartieses con tus amigos en tus redes sociales. 😃
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👋 Hasta la próxima.
Manu