Regresar al origen: Le llamaban padre (2016)
#8: Después de un parón por el verano y la recta final de mi tesis doctoral, vuelve #lodelosPódcast con una reseña de la primera serie de pódcast narrativo en español
👋 Hola de nuevo.
Después de un tiempo de descanso, por fin regresan estas reseñas. Llevaba un tiempo con el “Escribir lo de los pódcast“ en mi lista de tareas pendientes, pero se me estaba haciendo bola volver a escuchar. Cada vez más necesito tiempos de silencio y reposo para hacer espacio a lo que vivo y no ir deambulando por su superficie.
Como conté cuando empezó esta newsletter, estoy terminando una tesis doctoral sobre el narrador de los pódcast periodísticos narrativos en serie. Pues bien, ya está en su recta final. El 30 de julio la deposité y el 4 de noviembre será la defensa. Se vienen unas semanas intensas que suponen el fin de un ciclo y, precisamente por eso, he querido recomenzar estos envíos con una reseña del pódcast que comenzó lo de los pódcast narrativos en serie en español: Le llamaban padre (2016).
Un poco de contexto
El verdadero desencadenante de esto de los pódcast seriales fue la primera temporada de Serial (2014). En sus 12 episodios originales, la periodista Sarah Koenig reabre un caso de asesinato. Los episodios se iban publicando con novedades cada semana y… ¿sabes qué pasó? ¡Que fue un éxito! Mes y medio después de la publicación de su último episodio, los episodios de la serie se habían descargado 68 millones de veces. Una locura.
[Si quieres saber un poco más sobre el impacto Serial, te dejo aquí un reportaje que escribí sobre ello].
Esto hizo que empezaran a producirse otros pódcast seriales que imitaban la fórmula Serial para intentar lograr esas mismas audiencias. Así, en junio de 2016 nació en España la plataforma y productora Podium Podcast. Y la primera serie periodística que estrenaron fue esta.
Es un pódcast que merece la pena escuchar. No solo por su valor histórico, sino también porque plantea un tema que, lamentablemente, sigue presente en el mundo y que es necesario abordar: la pederastia. Por lo tanto, si te animas a escucharlo, te advierto que encontrarás testimonios y escenas horripilantes, incómodas y asquerosas. Pero, si te atreves a escuchar poniéndote en los zapatos de los protagonistas, te harás preguntas que no tienen fácil respuesta. Porque, como reza el título de la serie, las víctimas de David Donet, a pesar de sus abusos, le llamaban padre. E, incluso, pagaron su defensa.
La voz que presenta este pódcast es la de Carles Porta, autor a posteriori de otras series como Crims o ¿Por qué matamos?. Antes de Le llamaban padre, Porta ya había contado esta historia en un libro con el mismo título. Por eso, estríctamente este primer pódcast narrativo producido en serie es en realidad una expansión transmedia en la que la misma historia es revisitada en un nuevo lenguaje y medio. Frente al libro, este pódcast aporta, principalmente, un relato cronológico de los hechos y la versión, en su propia voz, Héctor (el policía que investigó el caso, amigo de Porta), de David Donet (el pederasta) y Santi (un chico adoptado por Donet cuando tenía 11 años, que fue su primera víctima sexual y que aún vivía con él cuando la Policía le detuvo 14 años después).
Son precisamente estas voces las que llevan el peso del relato y las que nos interpelan como oyentes. Basta una escena del cuarto episodio para comprenderlo y entender cómo Porta, José Ángel Esteban y el resto del equipo de la serie, logran que miremos al mal de frente. Donet lleva dos días en prisión y el juicio está en marcha. Entonces, Santi, calmado, cuenta lo siguiente (minuto 5:45-6:50):
Santi: Nosotros íbamos a verlo. Cuando él tenía que ir al juzgado de guardia al día siguiente, nosotros estábamos allí en el recibidor, que allí ves cíómo entra y sale.
David Donet: Yo creo que si ellos me estuvieran acompañando y se interesaron tanto por mí fue porque, a pesar de que yo había hecho algo que no diré que esté bien, pero soy persona, no soy un monstruo, había una relación…
Santi: Una de las veces que salía, —teóricamente no nos podíamos acercar a él— y fui y lo abracé.
David Donet: Una relación de cariño.
Santi: Y uno de los Mossos d’Esquadra me iba a apartar y el otro le dijo: “No, déjalo”.
David Donet: Supongo que la gente lo interpretará muy mal si yo digo que éramos una familia, porque, claro, esto no lo verán con buenos ojos. Pero es la realidad: éramos una familia.
El difícil problema del mal
No voy a destriparte el pódcast, pero el dilema que enfrenta, en el fondo, es este: ¿existen las personas malas? ¿Se puede entender el horror? ¿Por qué lo hacemos? ¿Debemos cargar siempre con ello?
A lo largo de la serie, Donet reconoce que lo que ha hecho es un error. A veces se ampara en una posible enfermedad, en un no entenderse, en la falta de ayuda cuando la pidió. Otras, defiende que ante todo él cuido a unos niños que no tenían una familia y que entre ellos entendían esas relaciones sexuales como un juego. Yo, te reconozco, no sé qué pensar. Creo que no existen personas malas como tal, sino que ese mal siempre se comete intentando saciar, desordenadamente, con unos medios equivocados, un anhelo de algo bueno. Esto no es una justificación, porque cada uno, desde su libertad y sus condiciones, elige cómo saciar esos anhelos. Y, porque el don de su libertad es tan grande, uno tiene que hacerse responsable de sus actos. Entendido así, el mal es un drama y un misterio.
Sé que en una cultura tan polarizada, mirar de frente al mal y preguntarle para comprenderle —sin justificarle, repito— parece una utopía. Por eso, admiro a quienes son y han sido capaces de hacerlo, como David Beriain.
La serie que nos atañe hoy, termina justamente así:
Carles Porta: ¿Qué quieres que la gente sepa de ti?
David Donet: Difícil. Una cosa que sí quería… Que no me considero un monstruo. Seguro que he hecho cosas que no están bien. No me considero un monstruo. He cometido errores, pero sigo siendo una persona. Esto tal vez es importante, ¿no?
¿Sí? ¿Uno sigue siendo igualmente persona, con los mismos derechos, aunque cometa atrocidades? ¿O los derechos deben ir en concordancia con las obras? ¿Tú qué piensas?
Un poco sobre el narrador y las formas narrativas
Empezaba esta reseña hablando de cómo Serial fue el desencadenante de la producción de pódcast narrativos de producción seriada y decía que muchos empezaron a imitar su fórmula. Esto se puede ver muy bien en los inicios: un narrador que se presenta, te adelanta algo de la historia, te dice que ha estado investigando X tiempo y te cuenta cómo la conoció. En el caso de Le llamaban padre esta fórmula inicial se cumple a la perfección:
Narrador: Mi nombre es Carles Porta. Soy periodista. He estado dos años investigando la historia que van a escuchar. Es una historia de abusos: de víctimas y verdugos muy sutiles, de padres e hijos. Estoy hablando del caso de pederastia más documentado de España y seguramente del mundo. Más adelante sabrán por qué. [...] ¿Por qué investigué este caso si me provocaba tanto rechazo? Porque las circunstancias me atraparon. Me gusta correr. De vez en cuando salgo a hacer deporte con un amigo policía. Héctor es un hombretón de 42 años en gran forma física. A mí me cuesta mucho seguirle. Y, cosas de la vida, él fue quien investigó el caso. Mientras sudábamos los kilómetros, compartió conmigo sus preocupaciones (episodio 1, 0:10-1:40).
Al presentar la historia como alguien que se ha enterado de ella casi de rebote por uno de sus protagonistas, Porta se convierte entonces en una especie de intermediario entre esos protagonistas y nosotros, los oyentes. En un primer momento, Héctor es el amigo de Porta con quien sale a correr, y, ya se sabe lo que dice el refrán: “Los amigos de mis amigos son mis amigos”.
De esta forma, Héctor se convierte para nosotros también en un amigo, de quien nos fiamos y a quien le damos una autoridad en el relato —también porque es un policía y en un esquema básico de malos y buenos, partimos de que él está de nuestro lado—. Conforme va avanzando el relato —y esto es una diferencia con Serial— el narrador de Le llamaban padre va teniendo menos peso. Pero sus intervenciones son fundamentales para explicar conceptos que usan los protagonistas y situarnos espacialmente en las escenas de más acción. Sí, en esto es clave también el diseño sonoro que acompaña y ambienta las declaraciones, pero sin las apariciones de Porta no estaríamos tan dentro.
Por poner un pero al pódcast, que entiendo que es fruto de ser el primero de su especie en español, se hace un poco pesado el estilo seriéfilo de empezar y terminar los episodios con un “en el último/próximo episodio…”. De esto hemos aprendido en los útlimos ocho años, porque somos muchos los que esperamos a escuchar o ver una serie hasta que podramos construirnos una experiecia maratoniana de escucha. ¿Por qué la gente no esperó a escuchar con Serial? Porque la serie estaba produciéndose y publicándose “en directo”. Claro, esto supone un riesgo enorme —la investigación puede no llegar a ningún lado y ser un auténtico fracaso—, pero implica también un valor extra para el oyente que se ve aún más inmerso en una historia en la que puede tomar parte.
Aún así este pódcast merece una escucha. Le llamaban padre es un hito fundamental en la historia del podcasting en español que no ha pasado de moda.
⏱️ La serie completa dura 143 minutos divididos en siete episodios. Además, hay otros siete episodios extra en el que Porta y Esteban cuentan cómo lo hicieron.
🧐 Mientras lo escuchaba pensaba en…
V, las cloacas del estado 🎧 (2016 | 10 episodios, 204 minutos en total). Poco después de la publicación de Le llamaban padre, casi en paralelo, Podium Podcast lanzó también esta serie —la primera en castellano que desde su origen fue concebida como pódcast— en la que Álvaro de Cózar investiga la figura del excomisario Villarejo.
Deliver Us 🎧 (2019 | 12 episodios, 360 minutos en total). Maggi Van Dorn, la anfitriona de este pódcast, es una católica comprometida con su fe que, tras los abusos sexuales dentro de la Iglesia en Estados Unidos, busca sanar ese terror desde dentro. Para ello, entrevista a expertos, abogados y sobrevivientes para que ellos compartan lo que vivieron y cuenten por qué, en algunos casos, siguen amando a una comunidad que ha hecho tanto daño. Es un pódcast, como Le llamaban padre, que puede resultar incluso repugnante en algunos momentos, pero que cuando escuché hace unos años me sorprendió por su honestidad y sensibilidad, y porque a veces cuando se cubren estos temas en los medios tendemos a no escuchar esta parte de la historia. El principio que guía a Van Dorn en su investigsación es este: no puede arreglarse algo hasta saber por qué se rompió.
El adversario 📖 (2000 | 176 páginas). El 9 de enero de 1993, Jean-Claude Romand mató a su mujer, sus hijos, sus padres e intentó, sin éxito, darse muerte. En este libro, un viaje al horror que nace en una mentira dicha a los 18 años, Emmanuel Carrèrre reconstruye su historia.
Nefarius 🎬 (2023 | 98 minutos). En un momento de Le llamaban padre, David Donet afirma que le gustaría hablar con un profesional porque piensa que está enfermo, que lo que le pasa a él «no es normal» pero que esa ayuda que él tenía intención de buscar en psicólogos y médicos «no llegó a tiempo». En esta película, el protagonista, condenado a muerte, pide que antes de que se ejecute la condena un psiquiatra venga a verle, porque, dice, él no cometió esos crímenes, fue un demonio.
Y hasta aquí llega este octavo envío de Lo de los pódcast. Si te ha gustado, me ayudaría un montón que lo compartieses con tus amigos en redes sociales. 😃
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👋 Nos vemos, si todo va bien, en dos semanas.
Manu